¿Por qué Briatore?

Difícil respuesta mio amicco, contundentes razones.
La primera es porque un tipo que se deja fotografiar, junto a Michael Schumacher, con unas gafas con dólares y describir su actividad en la Fórmula 1 como «Correr los domingos y luego salir con las chicas de las carreras», merece la pena. Toda una filosofía vital.

La segunda es porque Flavio es un inteligente cachondo que se une a cachondas. Eso ya lo hace ser un tipo a seguir la pista. Si media humanidad se desvive por las fiestas de Isabel (Preysler, claro está) la otra media se desvive por participar activamente algún día, en una fiesta en el súper-yate de Briatore. Entre ellos, nos encontramos nosotros. Flavio es atroz. Es visceral, mediático, es lo que un conocido personaje ibicenco venía a designar como un «Champion» (Así denominaba aquel sujeto a voz en grito al gran Angel Nieto, en Keeper-Ibiza a eso de las 3am). Es italiano y todo lo que se ponga encima le queda bien, elegante y con estilo.

Ya que hablamos de ponerse encima, además, esto es lo que alguna vez se puso encima nuestro líder: Naomi Campbell, Adriana Volpe, Heidi Klum (la cual le sacó un hijo) y, actualmente, Elisabetta Gregoraci. Por no agregar las innumerables (porque eso son: números) jacas que nuestro líder tuvo a bien intimar y que permanecen en el anonimato (economato, según Gomaespuma -los hijos profesionales-naturales de Tip y Coll).

La tercera es porque es una vida hecha a base de talento para los negocios. Flavio es uno de esos fenicios más fabulosos de los últimos treinta años. A pesar de que se le reconozca el hecho de ver el talento para las mujeres y los buenos pilotos de la Fórmula 1: Michael Schumacher y Fernando Alonso, Flavio es un tipo con una trayectoria sin par:

«Trabajó desde temprana edad como instructor de esquí y en la gerencia de un restaurante. A principios de los años 1970 trabajó en la bolsa de Italia; en esa época conoció a Luciano Benetton, fundador de la empresa de vestimenta Benetton. Fueron amigos y más adelante socios de negocios; al abrir Benetton sus primeras cuatro tiendas en los Estados Unidos en 1979, Briatore fue el director de operaciones del grupo para América.

Debido a sus políticas agresivas para establecer y otorgar franquicias, la cadena logró un crecimiento impresionante logrando gran popularidad. En 1989, ya habían ochocientas tiendas en los Estados Unidos, convirtiendo a Briatore en una persona económicamente bien acomodada. El número de tiendas finalmente se estabilizó en doscientas lo que hizo perder a Briatore el interés por ese negocio.» (Wikipedia dixit).

La cuarta es por tener 56 años, el doce de abril cumple los 57, y seguir viviendo como un crio de 22. Su vitalidad arrolladora lo hacen imparable y decisivo: Cuando algo ya no le gusta o no hay un reto en ello, lo abandona pero emprende un nuevo camino. Ahora, su nuevo imperio se llama: «La Billonaire»:

«‘Le Billionaire’ es el nombre de una suntuosa discoteca que aglutina a la jet-set en la isla de Cerdeña, que reúne cada verano a la flor y nata y en la que uno puede compartir barra con pilotos de F1, futbolistas del renombre de Ronaldo o con políticos como Silvio Berlusconi o José María Aznar.

‘Le Billionaire’ es también el origen del imperio económico de Flavio Briatore, puesto que ha dado nombre a una franquicia de tiendas de moda en clara expansión. El magnate acaba de inaugurar en Viena su quinta boutique y en dos años tiene previsto abrir una veintena, todas ellas con el nombre de ‘Le Billionaire’. La tienda abierta esta misma semana en la capital austríaca es la continuación de las originales de Londres y las posteriores de Moscú y Tokio.

“Nos estamos posicionando”, asegura el playboy italiano, ”es como un juego. La gente cree en Italia que vivo gracias al ‘Billionaire’ y ello es consecuencia de una comunicación extraordinaria porque todo el mundo habla de nosotros, ya sea bien o mal”. En esta boutique elitista, apta sólo para los bolsillos más poderosos, podemos encontrar corbatas a partir de 200 euros y trajes por 25.000 con los botones de platino.
Además de ‘Le Billionaire’ en Cerdeña, en Porto Cervo, Flavio Briatore es propietario de otra sala de fiestas en la Toscana italiana, la Twiga, en Versilia, y de un hotel de lujo en Kenia, ‘The King of Lion’. » (Gracias a los amigos de Sport). Ojo que no estamos hablando de un tipo que acaba de llegar.

La quinta es que un tio que con sus añazos tenía un sitio en My Space (ojo que ya no funciona porque se ha dado de baja el usuario) y cuyas dos primeras filas de «amigos» tienen este vistazo

no hay por menos que como dice un amigo mio: chocarle la pala y rendirse.

También hay que mirar sus sombras… «El empresario italiano, millonario a pesar de sus fracasos empresariales -según un informe publicado en el diario económico de Italia,Il sole 24 ore, la mayoría de sus empresas están en números rojos.», según argumentaba el http://www.elsiglodeuropa.es/

Toda esta mezcla de guasa, poso comercial, don de gentes y mucho más hacen de Briatore para nosotros esa guía a seguir en este capitalismo feroz que nos circunda.

Flavio, todos somos contingentes pero sólo tú eres necesario.